Todos sabemos que el rosa no pega con el rojo, que el chocolate engorda, que el agua del mar es salada y un helado se derrite al sol.
Quizás hay cosas que no las podemos cambiar, que son así por naturaleza.
No podemos quitarle así de repente las burbujas a la coca cola, hacer que lo difícil sea fácil, crear un mundo sin preocupaciones. Es duro pero tampoco se puede tener amor sin dolor.
Debería admitir que tu y yo somo incompatibles, como el agua y el aceite; no se nos puede juntar. Quizás nuestro destino ya esté marcado y no podamos hacer nada por cambiarlo.
A lo mejor tendría que asumir que tu y yo nunca vamos a poder estar juntos. Y por mucho que me cueste tengo que olvidarme de ti, mirar hacia delante y dejar atrás esos magníficos recuerdos.
El único problema es que me siento incapaz, sin las suficientes fuerzas para seguir adelante y dejar de sentir esto que siento por ti.
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